viernes, 4 de febrero de 2011

Yo contigo soy feliz.

Al alcance de su mano, mi piel.
Las palmeras se mecen, en las imágenes del viento.
Él me cantaba bonitas canciones de cuna española.

Le dije que nunca iba a verme triste,
porque yo con él era feliz.

La más dulce melancolía de sus ojos se borró,
su perfecta sonrisa se iluminó en el cielo.
El sol ardía más que nunca.

Y sin más que decir,
se rompió ese silencio inoportuno.
Un beso de esos que nunca se olvidan.